En
la entrada de hoy voy a ilustrar con fotografías y breves descripciones algunas
de las actividades más características de una excavación arqueológica. El único
objetivo de esto es acercar de una manera amena el trabajo de los arqueólogos
al público en general.
El
horario de trabajo de las excavaciones empieza entre las 7 y las 8 de la mañana
y se trabaja de lunes a viernes, en muchas de ellas se trabaja en turnos de
mañana y tarde, y en algunas también se trabaja los sábados por la mañana.
Normalmente en las que se llevan a cabo durante el período estival el equipo de
excavación convive durante su realización.
Panorámica
de la excavación del yacimiento Jardín de Alá en el municipio sevillano de Salteras
durante el mes de marzo de 2006. Se trata de la primera excavación en la que
participé gracias a una optativa (Técnicas y Tendencias en Arqueología) que di durante el segundo cuatrimestre
cuando estaba en primero de carrera. El informe de esta excavación lo podéis
encontrar en el Anuario Arqueológico de Andalucía 2006, que se publicó en 2011. (Fuente: Elaboración propia).
En
una excavación pueden aparecer restos óseos, por lo que un arqueólogo deberá
saber algunas técnicas básicas relativas a este tipo de materiales como
delimitación del esqueleto y la meticulosidad que requiere debido a su
fragilidad y a la cantidad de información que contienen. Hay que ser muy
cuidadosos y tener mucha paciencia porque es un trabajo que requiere mucho
tiempo y atención. Esta fotografía corresponde a la excavación que se realizó
en el Anfiteatro Romano
de Carmona durante el mes de julio de 2011 y que fue la última excavación en la
que he participado. Dicha excavación formaba parte de las prácticas de campo
del Máster Interuniversitario en Arqueología de las Universidades de Sevilla y Granada que hice durante el curso
2010 – 2011. (Fuente: Elaboración propia).
Un
aspecto muy importante en la arqueología de campo es documentar todo porque la
excavación es destrucción. Empezaré con la documentación escrita que consiste
en el diario de excavación, cuyas anotaciones nos ayudarán a rellenar las
lagunas que nos podamos encontrar cuando tengamos que redactar el informe y la
memoria de la excavación, y las fichas estandarizadas, que son los papeles que
sujeta la joven italiana de la foto. En esta panorámica podemos observar el método
de excavación arqueológica que propuso Andrea Carandini a principios de los 90 en
sus Historias
en la tierra: manual de excavación arqueológica publicado por la editorial Crítica en 1997 y donde adoptó el sistema Harris a la arqueología italiana. La
foto pertenece a la campaña de excavación del verano de 2007 en la Villa
Romana del Casale (Piazza Armerina,
Sicilia, Italia). (Fuente: Elaboración propia).
Tan
importante como la documentación escrita son la gráfica y la fotográfica, la
cual hoy día se hace con una cámara de fotos digital. Se tienen que hacer
dibujos de planta de todas las unidades estratigráficas que se excavan, al
igual que los perfiles y de aquellos hallazgos que se hagan y que tengan cierto
valor. Los dibujos se hacen a escala, en papel milimetrado y con un lápiz o
mina. Normalmente se utilizan bastidores de madera para poder dibujar de pie. Se
suelen hacer esbozos y croquis en los diarios de excavación y/o en las fichas.
Esta foto pertenece a una práctica de dibujo arqueológico formaba parte del citado
Máster y que se realizó a finales del mes de mayo de 2011 en el término
municipal de Alcalá de Guadaíra (Sevilla). (Fuente: Elaboración propia).
Un
material que es muy frecuente en las excavaciones arqueológicas es la cerámica.
Durante el trabajo de campo ésta se excava, se limpia, se sigla y se clasifica
mientras que en el laboratorio se dibuja, se fotografía y se analiza. Esta foto
la hice mientras algunas de mis compañeras españolas e italianas lavan la cerámica
que se encontró durante la campaña de excavación del verano de 2007 en el
yacimiento de la Villa Romana del Casale (Piazza Armerina, Sicilia, Italia). La cerámica
se lava en cubos que se llenan de agua y usando cepillos para después dejarlas
secar al sol. (Fuente: Elaboración propia).
Cuando
se excavan restos óseos, éstos se han de documentar, dibujar y fotografiar
antes de extraerlos pero también hacer de recibir una limpieza superficial en
el propio yacimiento antes de entregárselos al antropólogo físico para su
estudio. Los huesos se pueden limpiar en seco con un cepillo de dientes
adquiriendo una tonalidad grisáceo o se pueden lavar con agua y secado al sol
obteniendo así un tono ocre. Esta foto pertenece a la excavación de urgencia
del yacimiento Jardín de Alá en el término municipal de Salteras (Sevilla) en el mes de marzo de
2006. (Fuente: Elaboración propia)
Sé
que la excavación es el aspecto más atractivo del trabajo de un arqueólogo pero
también es la parte más dura, meticulosa y lenta, sin embargo, es la más
gratificante en el momento en el que se produce el hallazgo y soy consciente
del importante papel que ha jugado en mi elección por esta profesión tan llenas
de mitos. Esto me sirve de conclusión a esta entrada con la que he intentado
dar una imagen de la excavación mucho más cercana a la realidad y bastante
alejada, por tanto, de Indiana Jones.
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